Mensaje María Santísima de la Soledad en Baza el 16 de abril de 2017
Esteban: Ave María Purísima.
María Santísima: Sin pecado concebida.
Esteban: Salve Redentora de las almas, Madre de Dios y Madre Nuestra amantísima.
María Santísima: Hoy se regocija el Cielo con el triunfo de Dios sobre la muerte y sobre el pecado, y me complazco en todos los corazones y especialmente en todos los redimidos.
En la humanidad hay una gran sequía de Dios, y Dios no cesa, las fuentes están estipuladas en el mundo y Dios, Nuestro amado Salvador Jesús, no cesa de manar agua divina para el alma. Los sedientos, acérquense a los manantiales de la fe para quedar saciados. Muchos no buscan salvación, solo acomodamiento y el Camino de la salvación no es ni fácil ni cómodo.
Hijo mío, ofrece tu sufrimiento por la Gloria y el Amor de Dios y aprende que, cuánto más difícil es tu camino, mayor es la manifestación de Cristo en ti. Todo me complace y Cristo obrará grandes obras aquí.
La Puerta de este Lugar Santo es tu corazón, no te cierres en el sufrimiento, ábrete en la bondad y aprende a caminar con alegría. Dios está contigo y todo lo tuyo es voluntad de Dios.
Esteban: Quiero pedirle, Madre Santa, por el alma de Cayetano, interceda por él.
María Santísima: La misericordia de Dios es grande y el amor que derrama Dios sobre las almas necesitadas es indulgencia y es voluntad de Dios que pronto abandone el purgatorio para encontrar descanso y gozo de su alma.
A Dios le complace vuestra oración, nunca la hagáis por obligación, siempre por amor. El día es largo y la noche eterna. ¿No se ha de encontrar un momento de contemplación para dirigir vuestras peticiones al Altísimo?
Esteban: Madre, haga que llueva que el campo lo necesita, que llueva bien, ayúdenos en nuestras dificultades. Escuche nuestras súplicas.
María Santísima: A la intensidad del amor de tu corazón nada le puedo negar.
Esteban: Interceda en nuestra vida, todos quedan convidados a la boda, y a su Majestad Real del Cielo.
María Santísima: A Dios le complace tu obediencia y tu amor, más que todos los sacrificios del mundo juntos. Por ahora no requiero nada más. En estos tiempos de atribulación, estad alerta y sed fuertes.
Recibid la Bendición de Dios Padre Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, del Néctar divino que derrama la Patena del cielo y quedan empapados de su fragancia, dulzura y amor.
Nuestro Amado Jesús no se olvida nunca de vosotros, haced obra e intención de tenerlo en vuestra vida, siempre presente. Recuerda, regala tu rosario.