La casa del Arcoiris | Mensajes 2010
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Mensajes 2010

Esteban: Salve, Redentora de las almas.

María Santísima: Mi corazón se complace con la resurrección de Nuestro Salvador y mi alma se une a la de Dios en el gozo del amor del mundo.

No estés triste que contigo siempre estoy.

Gran parte del mundo es la que se halla en tristeza porque no encuentran a Dios en sus vidas.

Esteban: Madre mía, ¿por qué me encuentro cansado?

María Santísima: Porque todo es renovación.

El mundo, los justos y los redimidos deben prepararse para la venida de la mano de Dios al mundo. Estad preparados y alertas y siempre limpios por dentro y por fuera.

Son muchos los huertos donde se cosecha la rosa pero son pocos en los que se tala, se riega y se cuida, y así es la casa del Señor, tiene muchas estancias y moradas pero pocos son los que siembran su huerto para esperar recoger cosecha, y eso en el mundo es una fatalidad, ya que si no están preparados no tendrán la fuerza necesaria para resistir lo que se les avecina. Estad siempre alegres, que Dios se halla en vosotros y recuerda que siempre estoy contigo.

Cuando todo parezca oscuridad, se abrirá una ventana en el Cielo por donde el mismo Dios intercederá con su mano.

Es demasiado horror lo que hay en el mundo, así que pedid la misericordia divina de Dios para que el mundo no sea juzgado. El juicio del mundo será en tiempo venidero, otro tiempo de más esperanza.

Esteban: Quiero pediros por los que se hallan aquí, especialmente por Caqui, Ana y Lucía, que las obras de Dios se vean por medio de sus milagros.

María Santísima: Yo soy la mediadora de la Gracia de Dios, pero comparto el designio y la voluntad de Dios. Siempre intercedo, pero con la bendición de mi Hijo.

Hoy le complace mucho todo al Señor.

Tu camino es largo y grande, así que no te cargues con una carga pesada pues se te hará mucho más largo. Agárrate a lo que realmente importa y rogad por el mundo, que vienen tiempos de hambre, dolor y sufrimiento, y una nueva guerra donde los mártires son los inocentes del mundo. Rezad para que todos los hombres vean la luz de Dios y sepan ver a Cristo en todos sus hermanos, rezad para que Dios vea el amor del mundo y no se rija por el odio. El equilibrio del mundo está perdido. La balanza está caída, eso trae unas consecuencias terribles para mis hijos, el mejor ejemplo es la virtud.

Esteban: Tengo que darle muchas gracias por muchas cosas.

María Santísima: Unas manos fuertes para un trabajo fuerte, el Señor que así lo dispuso sabía lo que hacía, y un corazón de cristal para depositar el amor del mundo.

Tu amor es tu mayor virtud. Que en el mundo sirva de ejemplo el amor de los corazones.

Y anda camino que a tu camino ya llegan los redimidos. Y la bendición de Dios se derrama sobre todos vosotros, quedad empapados de ella para que deis fruto. Con fe todo se alcanza y con amor. Mi corazón está siempre contigo.

Esteban: Adiós, Reina del Cielo.

Esteban: Salve, Redentora de las almas.

María Santísima: Hoy traigo un mensaje nuevo a la Humanidad. El mal que hay en mundo está impregnado en todo. Los seres vivos han de purificarse por medio de la confesión y han de buscar fuentes de agua limpia y cristalina. Durante tres viernes harán penitencia rezando una parte del Rosario y deberán sumergirse tres veces en el agua para que en la purificación de la Tierra no sean vistos y la justicia de Dios no pase por su lado.

Esteban: ¿Sirve el mar?

María Santísima: El mar es la fuente inagotable.

¡Qué hermoso está todo! ¡Y cuánto amor y alabanza! Jesús se halla complacido y la exposición al Santísimo le complace mucho a Dios.

No debe cesar la oración y no verán vuestros ojos la justa ira de Dios, pues la Misericordia de Dios es grande para el fervoroso.

En las almas hay tormenta, que encuentren la luz y el brillo pues hallando el equilibrio siempre hay templanza y nunca tempestad. Estoy muy contenta pues tu corazón se halla en calma y eso es necesario para lo venidero. No temas nada, que todo está en manos de Dios.

Los sacrificios de esta Cuaresma le han complacido mucho a Dios, pero lo que mas le agrada es la oración. No olvidéis que tenéis un Padre en el Cielo que vela por vosotros y derrama su amor y su gracia a raudales, y no te olvides que estoy contigo y me hallo en ti.

Son tiempos de esperanza, de verdad y de paz. Tiempos venideros para el que se halla en el Señor. Todo se alcanza. Las cosas del mundo son pequeñas.

Diles a mis hijos amados que busquen las cosas que no se pasan, que son las cosas del Cielo. Y especialmente traigo un mensaje de Nuestro Señor Jesucristo para sus hijos los sacerdotes de la Casa del Arco Iris: “En el Cielo hay muchas estancias pero la más hermosa y la más cercana a Dios está reservada para vosotros”.

En mis manos se halla la templanza y el amor de la Humanidad y aquí hay tanto que no lo puedo abarcar.

Sé fuerte y valiente, que la primera piedra ha de cargar con todo el peso, pero Dios le da la firmeza para que pueda aguantar.

Hoy es un día grande, pues el Señor, bendito sea, entra glorioso en todos los corazones.

Preparadle un trono hermoso para que reine en él.

Anda camino y no pares, que todo lo que buscas se ha de alcanzar, y sigue sufriendo que sufrir es amor.

Que el mundo cese de derramar sangre de inocentes pues a Dios le disgusta mucho la sangre de los nonatos. El Cielo está lleno de almas incompletas que son condenadas por la inocencia de la Humanidad.

Hoy es un día grande y traigo esta lámpara de aceite que dejo aquí depositada para que sea luz y brille para que las almas encuentren la puerta de salvación.

Todo lo que se halla en ti, se halla en mi Corazón y recibid hoy la fragancia de rosas y azucenas. Y en el Cielo hoy es un día grande pues la Gloria de Dios es venerada en la Tierra. Quedad en paz.

Esteban: Usted también, Madre Santísima.

María Santísima: Y la gracia de Dios se derrama sobre todos vosotros. Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar.

Esteban: Bendito y alabado sea por siempre.

Esteban: Salve Redentora de las almas

María Santísima: Hoy traigo un mensaje de amor y de paz a la Humanidad. El mundo debe reconciliarse con Dios y los tiempos venideros, aunque vayan regados con tristeza son tiempos de espiritualidad y victoria para la Casa del Señor.

No debes estar confundido y has de saber lo que realmente quieres. Lo hagas como lo hagas, a Dios le complace. Son cosas pequeñas la Casa de la Tierra, la grandeza se halla en la Casa del Cielo donde el Señor te ha dispuesto unos aposentos para ti y los tuyos.

El Camino no es fácil aunque en él se halla la grandeza de Dios. Tú tienes la firmeza y con el yunque has sido cincelado para convertirte en la llave que ha de traer al mundo las puertas de la salvación.

Llega al mundo una gran pena, estruendo y dolor. Ya llega el principio de la purificación. Todo es voluntad de Dios y todas las almas lo han sellado, así que es voluntad de Dios, todo es voluntad de Dios.

De repente, en un día nublado sale un rayo de sol pero calienta tanto que llega a quemar, así en los tiempos de dificultades se abre una esperanza a un tiempo mejor. De allí se recibirán las fuerzas para pasar estos tiempos, y llegará el tiempo donde todo es paz, todo es amor, los problemas grandes desaparecen y los pequeños no son vistos porque el que con Dios se halla solo ve paz, y su amor es tal que los problemas son pequeñeces para tener entretenida el alma.

Tú se valiente y gallardo y no temas nunca, pues la vara del Señor, que Bendito sea, camina a tu lado y quien arremeta contra ti, está arremetiendo contra el Cielo.

Tu vida es la Obra de Dios, pero tienes que seguir moldeándote para que Dios pueda realizar la Obra completa, y la semilla esté granada y cuando sea depositada en la tierra dé un fruto de amor tan grande que se abrasen todos los redimidos.

Yo estoy siempre contigo, no temas nada.

Esteban: Quiero pediros….ya lo sé.

María Santísima: Pronto pasará.

Esteban: Quiero pedir por los enfermos, por una niña que se llama Lucía, por los que están aquí, y por los que no pueden venir y se acuerdan de Vos.

María Santísima: El Cielo no es sordo a los ruegos de los que aman al Señor. Me complace y complazco en interceder por vuestras peticiones.

Las gracias deben ser dadas a Nuestro Dios Padre, que todo lo otorga y concede y sólo ve las virtudes.

Esteban: Interceda….

María Santísima: Todos están en el mar y Dios es el buen barco, la mano está alzada, solo hace falta agarrarse para subir. Los que cruzan los brazos por su orgullo no pueden llegar a la tabla de salvación.

Qué hermoso está todo, a Dios le complace el mundo y la belleza de todos los que la habitan.

Son tiempos nuevos y son tiempos donde la verdad triunfará y la Casa de Dios en el mundo tendrá su sitio.

Elevad todos los rosarios.

Una legión de Serafines rocía vuestros rosarios y vuestros corazones de la Gracia de Dios, que se derrama y que se queda en todo.

Anda camino, vence todas las dificultades, la Gracia de Dios caiga sobre vosotros y la Humanidad.

Baza sea la antorcha de fuego que prenda todo el mundo. Dios quiere la unión, pero también ama la individualidad, así que en todo estad siempre unidos pero manteniendo vuestro propio mensaje.

Esteban: Adiós, bendita de Dios.

María Santísima: El Amor de Dios se halla en ti, y en mi Corazón siempre estás tú. ¡Hosanna, la Casa del Señor!

Esteban: Salve, redentora de las almas.

María Santísima: A Dios le complace tu templanza y tu caridad, pero no te abandones, el Corazón de Jesús y de María están inscritos junto al tuyo. Todo es voluntad de Dios. Anda camino y hacia delante. Como está tu casa, así está este año el mundo, que parece que no van a cesar nunca las catástrofes y tempestades, pero es tiempo de purificación y es el tiempo en que los puros habiten la Tierra. Tú tienes las respuestas en tu corazón, escúchalas.

Esteban: Quisiera pediros por muchas personas, especialmente por los que están aquí.

María Santísima: Mi corazón está con todos, me complazco en escuchar sus peticiones. Dios todo lo otorga cuando es bien para el alma.

Esteban: Si puede ayudarme, quisiera que me aclarase algunas cosas.

María Santísima: Andas triste, cuando se halla en ti la luz más hermosa, la claridad más transparente. Es tiempo de abandonar lo antiguo y emprender lo nuevo.

Esteban: Quisiera pedirle también por mi hija María y su amiga (se refiere a dos amigas suyas).
(María Santísima se sonríe pero no dice nada.)

María Santísima: La Bendición de la Rosa es durante toda la Cuaresma.

Esteban: Madre mía, déme un poquito de tiempo para sacar las cosas y emprender, pero ante todo quiero la voluntad de Dios.

María Santísima: Las cosas en ti si no son rápidas, no son.

Esteban: Perdóneme mis faltas y pecados, pienso que me pasa porque he herrado en algo.

María Santísima: Tu alma no tiene mancha y menos después de confesar y consagrar. Ven, ¿no notas el amor del Universo por medio de ti?

Esteban: (Nuestra Madre me ha puesto las manos sobre la cabeza, a la vez que siento dentro de mí mil luces de colores y mil sentimientos y un gozo imposible de expresar.)

María Santísima: Llega lo nuevo con la raíz de lo antiguo y llegan cambios en el mundo, pero todo es para bueno.

Esteban: ¿Puedo hacerle una pregunta? Perdóneme.

María Santísima: ¿De qué te sirve pedir perdón si me las vas a hacer?

Esteban: Es verdad. ¿Mi sorpresa es lo que me está pasando?

María Santísima: Es el comienzo de ella, pero nunca una sorpresa fue para malo. No tengas miedo que la presencia de Dios siempre se halla donde tú estés.
Pronto cesará la pena, ya que el mundo va a recibir un mensaje de luz y de amor. Y anda camino, que tienes que evangelizar el mundo y busca tú tus soluciones. Muchas almas puras, pero hay una gran tempestad.
El alma de Cristo está compuesta por la luz y el Amor concentrado de todos los universos para derramarlo por medio de vosotros a toda la Tierra. Hoy dejo mi fragancia a violetas y a rosas, que son las que adornan el Altar del Cielo.
En este día, que haya alegría pues es el principio de la Puerta que gracia derrama sin par, a raudales vendrán para recibir sus bendiciones.
Regala el rosario y sonríe siempre, que es la bandera de Cristo.
Del Cielo bajan sus gracias y sus dones, recibidlas todas dentro de vuestro corazón. En el Nombre, del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.

Esteban: Dígale a Jesús que le amamos, que tenga paciencia con la humanidad y con la juventud, no permita que se pierdan sus hijos.

María Santísima: Tu amor y tu piedad son las flores más hermosas en el Altar de Dios.

Esteban: Gracias, Madre mía.

María Santísima: Hoy traigo un mensaje nuevo al mundo: que se llene el mundo de alegría y esperanza pues han de venir tiempos venideros donde el león juegue con el asno y el ratón con la serpiente. El amor de Dios inundará la Tierra y darán sus frutos los redimidos. Ya empieza el tiempo de purificación y es tiempo de pena, pero es necesario que la faz de la Tierra sea renovada para que los justos la habiten.

Cuántos niños y qué hermosos todos, sed todos como los niños, que aún estáis a tiempo de abrir vuestros corazones a lo divino y dejar a un lado lo malo del camino que sólo trae sufrimiento.

Escucha siempre tu corazón y sigue sus directrices, no pongas en duda nunca los designios del Señor, pues el Señor bien sabe lo que hace.

El mundo está triste pero no busca consuelo en Dios y Cristo tiene el bálsamo para curar todas las heridas.

Impongo hoy sobre vuestras cabezas una corona de flores para quien la quiera recibir, se le volverá de espinas que, cada vez que se hincan en la carne, van dando fruto y dan semillas a raudales.

Esteban: ¿Puedo hacerle una pregunta? Quisiera, si Usted lo permite, cambiar esta Ermita de sitio para hacer aquí mi casa.

María Santísima: El Templo de Dios no son estas paredes, sino vuestros corazones y donde os halléis orando allí estará la Puerta de Salvación, especialmente donde te halles tú.

No estés triste que los cambios siempre son para bueno.

La Tierra se seguirá meciendo y las aguas de los mares, ahora no se comprende pero todo es necesario para el cambio.

Sé fuerte como tu alma lo es, y piensa que los pilares que sostienen tu fe y tu persona los mantiene la mano del mismo Dios desde el Cielo.

La presencia de Dios siempre es vida, vive mucho y no mires atrás pues lo que te espera es siempre mejor que lo pasado.

Esteban: ¿Podría darnos algún consejo?

María Santísima: Que todo lo que hagáis, hacedlo por amor.

Diles a mis niñas que estoy con ellas y que pronto lo comprenderán todo.

La Casa de Dios en la Tierra es la Casa de Dios en el Cielo, lo que se sella en el mundo sellado está eternamente. Tened prudencia con lo que pedís y yo siempre estoy con vosotros. Vuestro amor en la oración complace al Cielo más que todos los sacrificios.

Este año mantente, pues es importante llegar al cometido pero a Dios le agrada más la Oblación al Sacramento del Altar y la oración que todos los ayunos del mundo. Además como dijo mi Hijo, mi Padre y mi Dios: “los convidados no pueden guardar luto estando con ellos el novio”. Es tiempo de alegría aunque sea de sacrificio.

La bendición que hoy se derrama del Cielo a todas estas flores y, especialmente a estas rosas, abre una puerta en todas las moradas para que la gracia de Dios baje a ellas y habite en sus hogares y corazones. Dios está contento contigo y con tu Camino, pero no te distraigas con cosas pequeñas que tus obligaciones son las cosas grandes.

Esteban: ¿Puede bendecir mi rosario?

María Santísima: La bendición baja del Cielo, el Señor Todopoderoso baja su gracia y la derrama sobre vuestros corazones y cabezas porque son las perlas de mi Rosario.

Que brille la Luz de Jesús en vuestros corazones.

Las campanas tocan en el Cielo por la Gloria de Dios en Baza, tu Camino es aquí, si fuera fácil, ¿qué merito tendrías?

Anda camino, anda camino, caminando todo se halla.

Ha venido un Ángel tocando una trompeta y dice: “Arrodillaos, que viene vuestra Madre amantísima del Cielo”.

Esteban: Salve, Redentora de las almas.

María Santísima: Hoy traigo un mensaje nuevo al mundo. El mundo está necesitado de amor y esperanza. Los hombres deben cambiar sus pensamientos y su forma de actuar, deben inclinar su mirada al Cielo y a la Tierra, que la tienen abandonada y es de donde reciben alimento.

Muchas veces pedimos solución a Dios por nuestros pequeños problemas y casi siempre tenemos la solución en nuestras manos. La Gracia de Dios es virtuosa pero la tierra está regada de Dones, así como vosotros y la tierra entera, utilizadla.

Todos sois un huerto muy hermoso y florido, pero hay que arar la tierra para sembrar el grano y más tarde recoger la cosecha, pero hay que esperar un tiempo.

A Dios le complace mucho la Eucaristía de Cuaresma y de todo el año de Baza, pero especialmente la de Cuaresma, y qué hermoso y bonito está todo. Lo más hermoso es que todo está regado de amor.

Hay una persona entre vosotros que sufre mucho y se castiga por un pecado cometido. Dile que es tiempo de gozo y de penitencias mayores y hay que dejar el puesto de juez para la Casa del Señor.

Esteban: ¿Le puedo hacer una pregunta? Es sobre mi hermano José.

María Santísima: Será como una rosa que le van sacando pétalos llegando a la grandeza de Dios.

A Dios le complace la forma de llevar los ritos y los cultos de las cosas sagradas.

Esteban: Madre Mía, ¿tenemos que preocuparnos por el fin del mundo?

María Santísima: El mundo tal y como lo conocéis hoy día cesará, pero la vida seguirá fluyendo y los hijos de Dios habitarán la Tierra hasta convertirse en presencia de Dios en el mundo.

Esteban: Quiero preguntarle una cosa, tengo varias preguntas, ruegue porque sepa y entienda la voluntad de Dios. Madre yo quiero hacer la voluntad de Dios. Quiero preguntarle por una persona.

(María Santísima dijo un nombre.)

Esteban: Sí, es por ella.

María Santísima: Tú has sido el puente para empezar su camino de espiritualidad, aunque sean los mismos van por sitios separados.

Esteban: Gracias, Madre mía.

María Santísima: La purificación del mundo apenas ha comenzado y esto ha de ocurrir para que los puros habiten la tierra, y quien quiera morar en ella deberá someterse a la voluntad de Dios.

Al Cielo le complacen todas las gracias y todos los dones, pero lo que más le complace es la obediencia y la unión.

En el momento en que mi presencia está delante de vosotros, todos los corazones laten al mismo son, pero después de hacerse mi cuerpo presente sólo los de unos pocos siguen latiendo.

Esteban: Interceda por los que tienen problemas, no nos desampare, pedimos la justicia del Cielo, queremos la voluntad de Dios.

María Santísima: El escapulario de la Rosa es una gran bendición que protegerá las casas y al mundo, debes constituirlo.

Esteban: ¿Y cómo lo hago?

María Santísima: En Cuaresma, después de acabar con todos los Oficios del Señor, cada uno recogerá la Rosa que haya depositado antes y Ella servirá para que la gracia que aquí se encuentra, pues este lugar sagrado es Pórtico de la Gloria, abra una ventana que llegue hasta sus hogares. La Puerta está aquí, solo hay que abrir el corazón para verla.

Esteban: La veo, Madre.

María Santísima: Y sufre y ama mucho, y anda camino y guíate siempre de tu corazón pues la directrices que hay en él han sido grabadas por el mismo Dios. Decidles a mis hijos que Dios los quiere mucho y que no abandonen la oración al Altar de Dios y que el equilibrio en el mundo está gracias a vosotros. Hoy os regalo las fragancias de las flores que se impregnan en el Altar de Dios. Anda camino, anda camino, que el Señor os bendiga a todos y, recuerda, regala tu rosario.

Esteban: No se me olvida Madre, la quiero, pues ya sabéis todo.

María Santísima: Él también lo sabe y por eso os ama a todos tanto.
(Suenan campanillas y toca el ángel la trompeta.)

Esteban: Así sea.

Esteban: Salve, Redentora de las almas.

María Santísima: Los corazones se llenan de gozo porque la Misericordia de Dios está en el mundo.

Que no clamen tanto las voces al Cielo pidiendo que cese el agua, que muy pronto clamarán pidiéndola.

Esteban: Madre, ayúdeme y guíeme, y pido por los que me han pedido que pida por ellos, por los que están en sus casas y se acuerdan de Vos, ayúdelos.

María Santísima: No es necesario que sus peticiones me las dirijas tú, yo escucho en sus corazones.

Esteban: ¿Quiénes son quiénes os acompañan?

María Santísima: Son Ángeles de la Potestad de Dios que traen el Libro Sagrado para el sello del Cielo y la Tierra, tú sellas y confirmas con la Voluntad de Dios por delante el Camino de la Salvación.

Esteban: Es así. (Se acercan los Ángeles con el Libro, pongo las manos sobre el Libro.)

Yo sello y yo prometo que la voluntad de Dios estará regida por los nuevos Mandamientos.

Así sea.

Esteban: No escucho nada, ahora sí.

María Santísima: Suena el cántico de los Ángeles. Sólo hay un Dios y hay muchos caminos, cada cual debe hallar el suyo, pero la vida sin Dios nadie la puede hallar.

¿Por qué estás triste?

Esteban: Por todo Madre, creo que no estoy haciendo bien las cosas.

María Santísima: Todo lo que se permite piensa que es voluntad de Dios y que nunca se te olvide, que la sonrisa es la bandera de Cristo y la tristeza de la bandera de Satanás.

Esteban: Quiero estar más alegre…

María Santísima: Pues sonríe, pues tienes mucho por lo que sonreír.

Esteban: ¿Y la residencia la podremos hacer?

María Santísima: Es voluntad de Dios y se hará, pero eso son cosas muy pequeñas para las cosas grandes que tenéis que hacer.

Ya se va acabando el tiempo de tu purificación y la enfermedad se irá secando como la rosa cuando se corta de su rosal hasta que sea llamada en otro tiempo. La fuerza de Dios se halla en ti, así que te restablecerás por completo, pero llevando tu cruz.

Esteban: Yo quiero llevar mi cruz.

María Santísima: Tú sigue amando, porque amando todo se alcanza, pedid mucho por los niños pues son muchos los llamados al martirio y pedid la misericordia de Dios al mundo, a Dios le complace mucho la oración de Baza, pero lo que más nos complace es tu corazón.

Esteban: Sabed que hay enfermos, interceded y rogad…

María Santísima: Cada segundo se obra un milagro al mundo y cada dos segundos uno es en Baza.

Esteban: Gracias, Madre Santísima.

María Santísima: Lo que sembrado está hoy, se irá recogiendo mañana y ten paciencia pero sigue siendo firme pues un pilar dañado no puede sostener una fe y Dios te quiere tal y como eres, pero recuerda que cada día tenéis que luchar por ser mejores.

Todo cambiará pronto, así que el mundo mejorará, pero no será más que una subida para caer en una bajada más grande. Estad alertas y agarraos a Dios y a la tierra, que de ella viene el alimento y que nunca fallará. El orgullo de los hombres les hace creerse superiores unos a otros y no saben mis hijos que el que más ama ante los ojos de Dios es el más querido.

Siembra en tu vida árboles que den fruto y al que veas dañado, cúralo con tu amor.

Hoy no requiero nada más, pero viene conmigo el aliento del Espíritu Santo que impregnará todas vuestras almas llenándoos de sabiduría y amor de Dios. Alabado sea el Santísimo Sacramento. Y regala tu rosario.

Esteban: Bendiga nuestros rosarios.

María Santísima: La bendición de Dios se debe hacer de manos sacerdotales pero la gracia de Dios se derrama por todas las manos. Que la gracia de Dios caiga sobre vosotros, quedad en paz.

Esteban: Y usted también.

Esteban: Salve, Redentora de las almas.

María Santísima: Ay, qué bonito está todo, parecen las bodas de Sinog. El Corazón de Jesús late por Baza y mi Corazón suspira por la Obra de Dios.

Esteban: Tendría que hacerle unas preguntas, antes dígame lo que quiera.

María Santísima: Los caminos de Dios no son fáciles pero debemos emprender el camino para evangelizar el mundo, hay que andar mucho camino.

Esteban: Ayúdeme, guíeme con su mano.

María Santísima: La Providencia de Dios es el logro de la unificación de la fe, el amor y la constancia es el fruto más hermoso. A veces intentarlo es el logro.

Esteban: No le comprendo Madre.

María Santísima: Que no es necesario llegar al fin, sólo es necesario empezar el camino. Los sacerdotes deben consagrar todos los domingos, ya que la presencia de Dios está en ellos, sobre todo en sus manos, y tú nunca estés triste, pues mi Corazón se halla en ti.

Esteban: Perdóneme, interceda para que siempre haga la voluntad de Dios.

María Santísima: La voluntad de Dios es tu vida con tus virtudes e imperfecciones, ya que lo que más le agrada a Dios es el amor. El mundo necesita dirigir sus oraciones al Cielo, así como inclinar sus cabezas para pedir perdón para la salvación de las almas. Estad alerta que el demonio está trazando un plan para volver el mundo del revés.

Esteban: ¿Podría decirme de qué manera va a suceder?

María Santísima: Eruditos de la ciencia creerán que pueden demostrar que la vida de Jesús es como un relato sin validez ni creencia, pero la veracidad de la verdad brillará sobre la oscuridad del orgullo del mundo.

Es tiempo de purificación y es un tiempo difícil, ayudad al caído y dad de comer al que tiene hambre, y todos los sacerdotes deben de consagrar en Cuaresma todos los domingos, ya que se necesita la Oblación para bajar la Misericordia de Dios a la Tierra.

Esteban: Madre mía, quiero preguntarle por el éxtasis de mis hijas (se refiere a varias amigas suyas).

María Santísima: Se llenan de gozo de gracia y la misericordia de Dios llena sus almas.

Ellas son frutos del Santuario de la Rosa.

Esteban: Pero no han entendido algunas cosas, yo les he explicado.

María Santísima: Sé fuerte y no cedas, que el Camino de Dios es como el cayado firme, la debilidad conduce a la imperfección.

Esteban: Quiero preguntarle por un alma, yo sé que su Misericordia es infinita, en especial por Vicente y por Martina.

María Santísima: Por tu amor y tu misericordia estarán gozando conmigo hoy en el Cielo.

Esteban: Le pido por los enfermos y sus almas, especialmente por los descarriados, también para que no pierda mi casa, no quiero que me diga nada, sólo que lo sepa.

Interceda por un hombre que tiene un espíritu inmundo, Madre interceda fulmínelo para que pueda gozar de Dios.

María Santísima: Cuando Dios lo permite es para bien de su alma, pronto acabará esta prueba.

Los hijos de esta Casa son hijos del Arco Iris, en el Cielo se llaman “selitas”: los que caminan recto en el Camino de Dios. Siempre estoy con vosotros en vuestro sufrimiento y gozo y siempre estoy con mi Hijo. Con Dios todo se vence. Hoy recibís la bendición de las flores que son las oraciones perfumadas que pasan por el Altar de Dios y se inunda el alma. Rezad mucho que se necesita oración. ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar!

Esteban: Dígale a Dios que lo queremos y a Usted, con todo nuestro corazón y alma.

María Santísima: Diles a mis hijos que ellos me aman mucho pero que el amor de los Padres del Cielo abrasa como el calor del Sol. La bendición de Dios Padre Todopoderoso caiga sobre vosotros y de Baza se extienda a toda la humanidad. ¡Aleluya!. ¡He aquí la presencia de Dios!