Mensaje de María Santísima de la Soledad en Baza el 11 de febrero de 2018
Esteban: Ave María Purísima. Salve redentora de las almas
María Santísima: Salve, Baza Puerta del Cielo, donde se convocan los redimidos para la salvación eterna.
Dios siempre acude a la disposición de las debilidades humanas socorriendo y amparando al que más afligido y arrepentido está.
Hoy traigo un mensaje de esperanza y fe. Las puertas que en otro tiempo fueron cerradas de salvación, por la oración y Eucaristía Santa de Baza están siendo liberadas y se cuentan por miles las almas que van encontrando su salvación.
Es tiempo de redimidos, es tiempo de contemplación en lo nuevo. Busca dentro de tu interior pero no seas juez ni verdugo, que Dios no tiene en mente las palabras y las debilidades del género humano en tiempo de tribulación. Piensas que me fijo en tus flaquezas, pero yo veo en ti las virtudes y la Obra del Altísimo, que como en un huerto sembrado, va creciendo y va dando fruto las delicias de lo divino.
Esteban: Quisiera pediros por los enfermos y personas que lo necesitan, para que interceda por Antonio ¿está en su sitio?
María Santísima: Por la misericordia de Dios y el amor de tu corazón, hoy entrará en el Reino de Dios para gozar de su gloria.
Esteban: Quisiera pediros por los enfermos, por los que más lo necesitan, por Elisa.
María Santísima: En la sombra que hay en sus ojos se despierta en lo divino, deja de vivir en lo terreno para vivir en el espíritu.
Esteban: Le pido también, Madre, por el hermano de Felipe, por Enriqueta, por mí para que sea dulce y bueno, que no sea torpe.
María Santísima: Todas las peticiones son regadas con el amor del Santísimo y todas son escuchadas.
Esteban: Madre le pido por los niños que van a venir, en especial por las embarazadas que
están aquí.
María Santísima: Todas van benditas y protegidas con mi Santo Escapulario para que en las dificultades de la vida, den testimonio de la presencia de Dios.
No tengas miedo y no dudes, que la Presencia de Dios eres tú. Debes de encontrar el equilibrio en tiempo de tormenta, para saber llevar la felicidad y dejar que Dios obre su vida.
Esteban: No entiendo, Madre mía.
María Santísima: Que si te resistes por tus prejuicios, no puede obrar Dios en tu vida. Vive hoy y sé hoy y trabaja para el mañana. Dios te ama tal y como eres y Dios ama tanto al mundo que regala su presencia todo el día y toda la noche, y está siempre presente con nosotros en el sagrario en sus hijos y reinando en tu corazón.
Esteban: Denos su bendición y su fragancia.
María Santísima: Hoy os traigo una bendición especial del rosario de nardos que recibís en vuestro corazón con la fragancia divina, para sembrar vuestra vida de frutos abundantes y de dones del Altísimo.
Ama y sufre que amando y sufriendo se vive en la presencia de Dios.
Esteban: Dígale a Dios que lo amamos.
María Santísima: Nuestro amado buen Jesús recibe ese amor todos los días por medio de la Eucaristía.
Esteban: ¿Alguna penitencia para esta Cuaresma, Madre?
María Santísima: Que la oración no se haga por obligación, siempre con amor. Recibid la Bendición de Dios Padre Todopoderoso Padre, Hijo y Espíritu Santo, Amen. Recuerda, regala tu rosario.