La casa del Arcoiris | Mensajes 2024
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Mensajes 2024

Mensaje de María Santísima de la Soledad en Baza el 11 de febrero de 2024

 

Esteban: Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

María Santísima: Soy mensajera de la gracia y del amor. Traigo concordia y paz al mundo.

¡Qué triste está el mundo y qué tristes están los corazones!

Me reconforto en la fe de las almas. Hoy es un día grande para el Señor, porque se eleva en el Espíritu Santo la grandeza de los dones en la tierra.

No sintáis miedo: el que está en gracia de Dios, está dichoso y protegido en el Cielo. Son tiempos tristes para el hombre, pues el hombre no está buscando el amor de Dios. Y es tiempo de reconciliación con el Espíritu Santo.

¡Qué hermoso está todo y qué hermosos están los corazones que derraman sus dones y gracias para conservar esta Santa Casa!

Es el tiempo del olvido, pues así como olvidan los bienes recibidos del género humano por la mano poderosa de Dios, es el tiempo de la ignorancia a la Tierra pues lo divino está esperando la gratitud del amor de los redimidos.

Esteban: ¿Puedo hacerle una pregunta? Más bien una súplica. Derrame su gracia sobre los que estamos aquí, ayúdenos, escuche sus súplicas, por los enfermos y afligidos, que cese la guerra en el mundo.

María Santísima: La guerra es el miedo y la condenación del hombre. A Dios le complace la libertad del género humano y no las ataduras a ningunas condiciones, pues debemos regirnos por lo divino. El amor todo lo rige.

Esteban: ¿Va a venir todos los domingos de Cuaresma?

María Santísima: Ya te dije que hasta el fin de los días visitaré este Santo Lugar, aunque sea arrasado por tierra y fuego, es sacrosanto y su luz brilla hasta el infinito del universo.

Esteban: Ayúdenos, protéjanos y guárdenos.

María Santísima: Son tiempos de cambio y el cambio siempre es bueno, pero es el tiempo en que el Señor separa el trigo de la paja y el grano dañado será echado a la hoguera.

Dios quiere que viváis perfectos, pues sois perfectos; sois partes de la creación divina. Se recreó en haceros a su imagen y semejanza.

Amad a Cristo en vuestros corazones y tenedlo presente todos los días, que Cristo os tiene presentes cada segundo. Nunca se os olvide que os ama.

No llaméis al sufrimiento, pero el que os venga, ofrecedlo por la Pasión de Cristo y almas del purgatorio, porque Dios no quiere que se pierda ni uno solo de los condenados.

Ama y vive, y sé feliz, que Dios está contigo.

Recibid la bendición de Dios Padre Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. Recuerda, regala tu rosario. Cristo te quiere siempre con una gran sonrisa.

 

Mensaje de María Santísima de la Soledad en Baza el 18 de febrero de 2024

 

Esteban: Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

María Santísima: Soy madre de Gracia, madre de Misericordia y madre del Amor. Hoy vengo derramando la esencia de los jacintos, que ha sido derramada en los altares del Cielo.

¡Qué hermoso está todo y qué hermoso está tu corazón!

El Señor derrama su gracia por el mundo entero y, como el grano de trigo fue sembrado en la tierra, así el Señor ha sembrado en el mundo las gracias venideras. Habrá manantiales que socorran el dolor porque, por la gracia de Dios, sean socorridos para su gracia y su bondad. Habrá muchos árboles de gracia, de dones y de misericordia, que renovaran y equilibrarán los dones de la Tierra. En los animales también habrá un equilibrio de luz para que el mundo sea guiado y sea centrado en la gracia del Señor, y en el género humano, donde van a nacer y a despertar miles de personas a la gracia. Así lo estipula el Cielo y así lo derramo yo, como su mensajera.

El Cielo sufre por los sufrimientos y los inocentes que están pagando penas ajenas en este mundo. Cristo es tan grande que sufre hasta por los pecadores.

Dios quiere dar el bálsamo y la sanación a las almas enfermas. Dios pone en sus Ministros, por medio de la absolución, la reparación del alma enferma, y la reparación y sanación de los códigos sagrados que pagamos por nuestras cargas y herencias. Así se ha de disponer en el confesionario y para ello se debe de dar la absolución.

Esteban: Madre mía, que cese la guerra y reine la paz en el mundo.

María Santísima: Todavía no ha llegado el gran estruendo al mundo, que traerá muchos años de paz, pero antes, las lágrimas, el luto y el dolor han de cubrir la Tierra. No temáis, hijos míos, que ni un ápice de vuestro cabello ha de ser tocado.

Esteban: Quiero preguntarle y pedirle algunas cosas, Gran Señora, si Usted me lo permite.

María Santísima: Mi corazón siempre es un libro abierto para que escribas en él las peticiones al Altísimo. Es mi voluntad y mi gracia el escuchar siempre tus peticiones.

Esteban: Por todos los que están aquí, Madre mía, y están en sus casa y nos acordamos de ellos y la necesitan, Señora. Por todos los que están, o estamos, enfermos, interceda y ayúdenos, Gran Reina, enfermos de cuerpo y alma, ayúdenos en nuestro día a día para que llevemos siempre el Camino de Dios en nuestras vidas. Quiero pedirle también una petición que me han hecho, por el Hermano Carlos, que está hoy aquí, por su camino y su vida.

María Santísima: Debe de cerrarse más al mundo, pues del mundo se le filtra el daño y el sufrimiento, y se le pega a su alma. Que viva por la alegría de Dios, que Dios se halla en él. Y no permita que lo terrenal le traiga tristeza a su corazón. Dios está complacido con su misión.

Esteban: Y mi vida, Madre mía, yo soy un grande pecador y quiero ser agradable ante Dios. Ayúdeme y que últimamente estoy muy nervioso.

María Santísima: A Dios le complace tal y como eres. La energía nueva que viene al mundo hace que se mueva y tambalee tu corazón. No cambies ni un ápice de tu persona, pues para Dios, te hizo perfecto.

Esteban: Ayúdenos a todos y por todos los que llevamos en nuestro corazón y todos los que suspiran por el corazón de Baza.

María Santísima: Hoy se honra al Cielo y se trae la gloria a la Tierra cada vez que los Ministros, que son Sacerdotes de Baza, Ministros de Dios en la Tierra, celebran y elevan la Santa Eucaristía en este Santo Lugar. Me complace y me agrada. Y a Dios le alegra la Consagración en este Santo Lugar.

Esteban: Madre mía, ayude al campo y que siga viniendo agua. Ayúdenos, no castigue a su pueblo. Redima al mundo, Gran Señora, y redímanos a nosotros.

María Santísima: Dios tiene paciencia y no castiga nunca al mundo ni al género humano. Si supierais cuánto os ama, viviríais dando gracias a Dios y nunca os sentiríais solos ni imperfectos porque os quiere tal y como sois.

En el Cielo, hoy cantan los ángeles en adoración. Es el domingo, es el día del Señor.

Recibid la bendición de Dios Padre Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. Recuerda, regala tu rosario.

Esteban: Gracias, Virgen bendita. Gracias, Madre mía. Sois lo más hermoso que me he encontrado en mi vida.

María Santísima: Lo más grande y lo más hermoso en tu vida fue que te eligió Dios.

Esteban: Gracias, Virgen bendita, gracias. Dígale a Dios que le amamos en la Tierra, que tenga paciencia con el género humano.

Mensaje de María Santísima de la Soledad en Baza el 25 de febrero de 2024

 

Esteban: Salve, María Santísima, Madre de Misericordia. Ruegue por nosotros y ruegue por la humanidad. Ave María, Madre nuestra.

María Santísima: Hoy traigo un mensaje de esperanza, de amor y de fe. Se abren las puertas del Cielo para derramar la gracia y las bendiciones del Altísimo sobre la Tierra.

Es un tiempo de cambio y es un tiempo de alegría, aunque la Tierra está regada por el sufrimiento. Es el tiempo en que tienen que aprender mis hijos amados a mirar sus ojos hacia la tierra, que de ella todo se saca y en ella todo se halla. El amor a la tierra es también el amor al Cielo, ya que es parte de la creación del Altísimo.

¡Qué hermoso está todo y cuánto le complace a Dios la oración de Baza y la Sagrada Eucaristía!

Son tiempos de cambios, los cambios siempre son venideros y fructuosos para el género humano.

Esteban: Madre mía, no me gustan los cambios…

María Santísima: ¿Tú que has de temer, que vas de la mano del Altísimo? Tus penas y tus sufrimientos ofrécelos a la presencia de Dios y a la gloria del Altísimo.

¡Qué hermoso está todo y qué hermoso está tu corazón!

En tu corazón puso el Señor tierras nuevas para plantar nuevos dones que han de ser derramados por la Tierra.

¡Cuántas almas de luz se reúnen hoy aquí y cómo me complazco con ello! Porque la unión de la luz es la glorificación del Señor.

Esteban: Quiero hacerle unos ruegos, Gran Señora, si Usted me lo permite. Por la salud de los que están aquí y por los que pedimos por ellos. Interceda, Señora, no se olvide del lamento y que el sufrimiento del mundo no sea en vano, escúchelo. Que las súplicas de todos no sean en vano, Señora, escúchelos y póngalo a los pies del Señor.

María Santísima: Nunca ninguna oración fue en vano y la intersección de Dios siempre es grata cuando viene de tu boca.

Esteban: Quiero pedirle por la paz del mundo, y por el mundo que parece que está loco, las personas estamos perdiendo la sensatez, la fe y el amor. El mundo está dislocado, madre mía. Haga que todo venga a lo suyo.

María Santísima: Ha habido una gran tormenta de luz en el mundo y los ríos han sido desbordados. Ahora han de venir a su sitio y la tierra quedar más fecunda que estuvo nunca. El pueblo de Dios es más fecundo que la orilla del río Nilo.

Me complazco en tu corazón y ya es el tiempo en que te quite la corona de espinas que fue depositada en tu cabeza en la Salvación del Mundo, como protección y penitencia por la salvación de todas las almas.

Te libero del sufrimiento que has tenido que llevar en tu cabeza para remisión del equilibrio de la luz del Mundo. Que cada espina que has llevado sobre ti sea una rosa que florezca en tu vida y en tu corazón.

Hoy traigo bendiciones y rosas para que sean derramadas en este Santo Lugar y, desde este Santo Lugar, extendidas hacia toda la Tierra.

Esteban: ¿Puedo preguntarle otra cosa, Gran Señora? Yo sé que los Santos nos han explicado, pero hay cosas que no acabo de entender… Sí, sí, del Viaje de Jerusalén. Sobre todo ¿por qué ha estallado la guerra después de estar nosotros allí?

María Santísima: El yugo del mal estaba reinando en el Trono de la Oscuridad y ha sido desterrado al infierno. Las consecuencias son la lucha del género humano.

Hasta que no desaparezca el orgullo, no ha de venir la paz a la Tierra.

Esteban: ¿Y eso cómo va a ser, Madre mía?

María Santísima: Hay un despertar nuevo, con unos valores nuevos y unos principios nuevos, el amor al prójimo y a uno mismo en la igualdad de extensión. Para Dios todos somos iguales. Nos ama con la misma intensidad, pero la presencia de Dios no está en todos del mismo modo ni de la misma forma. Unos tienen el vaso más grande, y otros tienen el vaso más pequeño y otros de ellos lo tienen boca abajo.

Vive y sé feliz, que Dios te quiere tal y como eres. Deja el sufrimiento del mundo y vive con la alegría de la presencia del Altísimo. Debemos todos de aprender a vivir el día a día, con una sonrisa, que es la bandera de Cristo.

Recibid la bendición de Dios Padre Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. Recuerda, regala tu rosario.

Esteban: Gracias, Madre bendita. Se le ama a Usted mucho en la Tierra, a Usted y a Cristo vivo. No se olvide de nosotros y siempre gracias. Gracias por el sufrimiento que trae enseñanza y gracias por la felicidad que trae enseñanza, y gracias por su amor, que es la mayor enseñanza. Gracias.

 

Mensaje de María Santísima de la Soledad en Baza el 3 de marzo de 2024

 

Esteban: Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

María Santísima: Soy madre de gracia y madre de misericordia. Hoy traigo un mensaje nuevo al mundo: sea derramada la gracia de Dios en todas las naciones y en todos los corazones.

¡Qué hermoso está todo y qué bien dispuesto! Lo que más me complace de todo es tu corazón.

En el mundo hay hambre y sed de Dios, y el granero divino tiene las puertas abiertas para cubrir todas las necesidades de las almas de luz.

Son tiempos de purificación y tiempo de crecimiento espiritual. Es un tiempo en el que va a haber escasez y necesidad. Es el tiempo en el que hay que llenar el granero pues vienen tiempos de dificultad. La Tierra seguirá dando su fruto y aumentando su cosecha, pero el enturbiamiento del mundo traerá las dificultades para traer el pan a la mesa.

Se despierta a la luz el vínculo que tenemos a lo divino llegando a reconocerse todos los tocados a la gracia con una sola mirada.

Es tiempo de llanto pero también de alegría. Es tiempo de cambios, que a Dios le complacen los cambios.

Sé libre y vuela, y busca el mejor remedio para el mundo. Los que callan viendo la injusticia y las dificultades ajenas son tan culpables como los que lo permiten.

Eres pastor, toma tu bastón y dirige tu pueblo.

Traigo el bálsamo del amor de Dios, que sana los corazones y repara el alma. Y traigo el concilio al mundo para la remisión de los pecados y el acercamiento a lo divino. La luz no puede ser apagada, solo cierran los ojos para que no vean la luz.

Esteban: Quiero rogarle, Gran Señora, por todos los que me han dicho que le ruegue, por los que están aquí y se hallan enfermos y tienen dificultades. Por los que están en sus casas y los tenemos en nuestro corazón y pedimos por ellos todos los días, y todos los que necesitan de su divina intersección, Gran Señora. Interceda sobre todo por el sufrimiento del género humano, que cesen las guerras, el hambre… Cuídenos, Gran señora, cuídenos con su mano poderosa.

María Santísima: Todos protegidos sois y vais con la gracia del Señor. Aceptad siempre la voluntad del Padre, que el Altísimo obra maravillas.

Esteban: Perdóneme, Gran Señora, allane también mi camino y ayúdeme en todas las dificultades nuevas que se presentan, alláneme estás dificultades para que no tenga distracciones en mi vida y no me tenga que preocupar de lo mundano.

María Santísima: Lo mundano es parte del crecimiento de lo divino. Dios todo lo permite pero quien en Dios confía, todo se soluciona.

Los ángeles riegan la Tierra con la esencia del Edén para que renazcan los frutos abundantes de la delicia de Dios.

Tu corazón es la fuente viva que riega el mundo y contagia el fuego divino que Dios depositó en tu interior.

Hoy no requiero nada más. Me complacen la Eucaristía y la oración. El rosario es el instrumento más poderoso para alzar las peticiones al Cielo.

Recuerda que te amo y que dentro de tu corazón hay tres habitáculos: uno del divino Jesús, otro con el amor de mi corazón y otro con la grandeza del tuyo.

Recibid la bendición de Dios Padre Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. Recuerda, regala tu rosario.

Esteban: Gracias madre mía, dígale a Cristo en el Cielo que se le ama en el mundo y que tenga misericordia del género humano.

María Santísima: El género humano es divino que se halle en la grandeza de Dios, que se halle y que se encuentre.

Esteban: Gracias, Madre mía, gracias.

 

Mensaje de María Santísima de la Soledad en Baza el 10 de marzo de 2024

 

Esteban: Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

María Santísima: Soy madre de misericordia y madre de piedad. Abrid vuestros corazones para que Cristo reine en ellos y sea depositado el Sagrario Vivo de Cristo. Son tiempos de cambios y son tiempos de dificultades.

¡Qué grandeza y qué hermosura y qué bendito y grande es tu corazón!

El dogma de la inocencia es la pureza derramada por la gracia de Dios en el mundo.

¡Qué gran tribulación hay en el mundo! El Señor está separando el grano de la paja y está preparando el mundo para la Gran Luz y Conciencia del género humano.

Esteban: Ayúdenos, Madre, en todas nuestras dificultades, sobre todo ayude a todo aquel que está enfermo y llevamos en nuestro corazón y rogamos encarecidamente. Interceda por ellos y por toda la humanidad. Interceda por la guerra, el hambre y todas las necesidades humanas, y por la falta de amor en los corazones, Madre mía.

María Santísima: El Señor trae un mensaje al mundo: en los corazones debe de estar estipulado el amor de la Creación, que es el amor a lo divino y el amor a nuestros padres, que nos dieron el ser.

Que no cese en nuestro corazón el demostrar el cariño al prójimo y a nuestros amados padres, que nos dieron el don de la vida, y la oblación de gratitud al Cielo, por el don de la divinidad que en nosotros ha sido depositada.

Los cambios son grandes. La Tierra va a ser mecida. Sed firmes. El Señor pedirá cuentas de los talentos que a cada uno se le dio.

Has de emprender un viaje, en el que tu corazón debe de estipular los tres puntos del mundo donde tiene que ser derramada el Manantial que deriva del Agua Viva. No temas, todo a su tiempo.

Esteban: Gracias, Madre mía. ¿Y cómo sé dónde tendré que ir?

María Santísima: En tu corazón quedará todo estipulado.

Esteban: ¿Y cuándo lo he de hacer, Madre mía? ¿Y los tres sitios a la vez o de uno en uno? Sabe que son tiempos muy difíciles para mí.

María Santísima: En tu corazón todo quedará estipulado.

No temas, que la Corona y el Cetro del Señor van contigo. Ama, que el sufrimiento ya lo has transmutado todo el que había en el mundo. Es tiempo de derramar el gozo a la Tierra.

Hoy no requiero nada más. Os dejo mi esencia a nardos, que en el Cielo son derramados por la gracia divina. Y recibid la bendición de Dios Padre Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. Recuerda, regala tu rosario.

No temas nada, que está Dios contigo.

Esteban: Gracias, Madre bendita, gracias. El señor sepa que se le ama, se le respeta y se le venera. Gracias.

María Santísima: Lo que más le complace a Dios es el amor del corazón y la libertad del género humano.

 

Mensaje de María Santísima de la Soledad en Baza el 17 de marzo de 2024

 

Esteban: Ave María Purísima. Sin pecado concebida.

María Santísima: Soy Madre de Misericordia y Madre de Salvación y hoy traigo un mensaje nuevo al mundo: que se regocije el mundo pues la presencia del Altísimo está en todos los corazones. Van a ser derramadas nuevas gracias y nuevos dones en toda la Tierra. Tú, como sembrador, has de poner la semilla del trigo en cada corazón y has de disponer de los nuevos Ministros para la propagación de la luz de Dios en el mundo. No temas, que, para el Señor, todo está bien dispuesto.

Es el tiempo en que lo grande se hace pequeño y lo pequeño se hace grande, en el que han de volver los valores a la Tierra, y especialmente los valores del amor. Con Dios es una vida completa, sin Dios es una vida vacía.

¡Qué poco sabe el género humano! Que algunos reniegan de la presencia del Altísimo y ellos mismos son la presencia de Dios en la Tierra. No hay más ciego que el que no quiere ver.

La gran transmutación está llegando a la Tierra. Y son tiempos de alegría y gozo, de luto y dolor, pero es necesario todo para que el equilibrio y la grandeza rijan la faz de la Tierra.

Esteban: Quiero hacerle unas peticiones, Madre mía, especialmente por las personas que están aquí, que las está viendo Usted, que están enfermas, por todas nuestras dificultades, por nuestras fuerzas que sean grandes y firmes como el acero, y por todos aquellos que están sufriendo, Señora, y los llevamos en nuestro corazón y estamos pidiendo todos los días por ellos.

María Santísima: Tus súplicas no son sordas a oídos de Dios. Ni las súplicas que se elevan desde este Santo Lugar, hasta las piedras están empapadas en oración.

Y es un resurgir nuevo y un cántico nuevo, donde la oración permanente se extiende hacia toda la Tierra, se propaga con el aire y se enciende con el corazón.

No has de temer nada. Dios todo lo tiene dispuesto en tu corazón. Aprende a vivir y aprende a ser grande, que así Dios te dispuso. Vive en tu presente y aprende de tu pasado, y la tierra vana no la pises ni la trabajes, ya que por mucho sacrificio, nunca dará su fruto. Siembra donde te reciban y cosecharás entre cantares.

Pronto han de venir los signos al cielo, sin lógica ni explicación, donde todos podrán ver la mano poderosa del Altísimo. Una nueva conciencia y un nuevo vivir es derramado a la Tierra, para todos los seres vivos, en especial para mis hijos amados.

Bendita sea la gracia de Dios derramada en la Tierra en Baza, Puerta del Cielo, y benditos vosotros que hoy podéis recibirla.

Esteban: Madre mía, quería preguntaros algo más, pero se me ha olvidado…

María Santísima: Todo lo dejo estipulado en tu corazón. ¡Cuánto te amo!

Esteban: Y yo a Usted, Madre mía.

María Santísima: Y cuánto amo la celebración Eucarística en Baza, sus oraciones y plegarias.

Recibid la bendición de Dios Padre Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. Y, recuerda, regala tu rosario.

No te olvides que siempre estoy contigo.

Esteban: Gracias, Madre bendita, gracias. Dígale a Dios cuánto se le ama en la Tierra y que tenga paciencia con el género humano.

 

Mensaje de María Santísima de la Soledad en Baza el 24 de marzo de 2024

 

Esteban: Salve, Madre de Dios y Madre nuestra amantísima. Salve, Redentora de las almas.

María Santísima: Hoy traigo un mensaje nuevo de esperanza y de luz al mundo: el género humano debe de mirar hacia la tierra; por medio de ella se da el fruto y la abundancia. Cuando la tierra se abandona es como cuando no se peina el cabello: a Dios le complace que todo el cabello del mundo esté bien cuidado.

Es el tiempo de la grandeza y es el tiempo de la Gloria de Dios en la Tierra. Es el tiempo de la Misericordia y de la grandeza del género humano y divino, y de unificar al Dios del Cielo con el Dios de la Tierra.

¡Qué bonito y qué hermoso está todo! Pero ¡qué hermoso está tu corazón!

Esteban: Quisiera preguntarle algunas cosillas, Madre mía, que a lo mejor, no son cosas que se las pregunte a Usted, perdone, Madre mía.

Primero por todas las intenciones que tenemos en nuestro corazón, por todas las personas que están enfermas y estamos pidiendo por ellas. Le ruego que interceda, Señora, y deles la sanación, por los que están aquí y por los que están en su casa, interceda por ellos, interceda por todos nosotros y todas nuestras intenciones.

Y segundo, le quiero preguntar una cosa: me complace, Gran Señora, llevar el color de unos hábitos como promesa de agradecimiento, pero no encuentro pantalón del mismo color. ¿Es posible que llevando la camisa sea suficiente?

María Santísima: El hábito siempre se compone de dos colores. Es suficiente llevar la camisa y en el puño un lazo con los siete nudos del santo hábito. Así se lleva la composición y se cumple y es digno ante Dios.

¡Qué hermoso que estás! En ti me complacen todos los cambios.

Esteban: ¿Puedo hacerle otra pregunta, Gran Señora? ¿Dónde es dónde tengo que viajar para hacer mi misión y mis cosas? Estoy un poco perdido…

María Santísima: Están estipuladas en tu corazón, pero todavía no es el momento de que lo sepas.

Esteban: Y le voy a hacer otra pregunta, Gran Señora. ¿Las “fuentes vivas” que he de abrir son de agua o son personas que tengo que abrirlas yo al mundo?

María Santísima: En su momento encontrarás la respuesta.

Os riego con la esencia de rosas del Cielo, para que vuestra alma se empape y se colme de bendiciones.

En los tiempos pasados y futuros, el Señor vuelve a entrar en Jerusalén el Domingo de Ramos. El tiempo no existe y se glorifica la grandeza del Señor conmemorando su entrada triunfante en Jerusalén, que significa la “entronización de Dios en la Tierra”, como persona física y Dios divino de luz haciendo un solo Dios al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

La grandeza del Señor es tan grande, y es tan grande su misericordia, que a todos nos llena con su gracia y su poder.

Hoy hay muy lindas almas aquí, que el Señor se ha fijado en ellas, y Dios riega los corazones para que den el fruto que, desde su concepción, hay sembrado en ellos.

Esteban: Señora, ruegue por la paz en el mundo. Traiga la paz al mundo.

María Santísima: Es tiempo de purificación y es tiempo de gloria en el Cielo. La gracia del Altísimo es derramada cada día en la Tierra. Solo hay que abrir los brazos para recogerla.

Por hoy, no requiero nada más. Solo requiero el amor de tu corazón, que da el equilibrio a la Tierra y trae gozo al Cielo.

Recibid la bendición de Dios Padre Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

Y, por la divina intersección de Dios, estas santas ofrendas son bendecidas por la mano del Altísimo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, que vive y reina dentro de todos los corazones y en la humanidad por los siglos de los siglos, Amén.

Proclamad y anunciad que el Reino de Dios está ya en la Tierra, y, recuerda, regala tu rosario.

Esteban: Gracias, Madre bendita, gracias.

Mensaje de María Santísima de la Soledad en Baza el 31 de marzo de 2024

 

Esteban: Salve, Madre de Gracia y Madre de Misericordia. Yo abro mi corazón, Señora, para que Vos plantéis en él.

María Santísima: Soy Madre de Misericordia y Madre de Piedad. Traigo al mundo una esperanza nueva y un resurgir nuevo, que vas a sembrarlo tú, con tus manos y tu corazón. Es el tiempo de la vid y es el tiempo de la cosecha, y es el tiempo en que el mundo es regado con las bendiciones de Dios.

¡Qué hermoso que estás y qué hermoso está todo!

Cristo tiene dispuesto y preparado su corazón para la Gran Siembra al mundo. Son tiempos de luz, y en el tiempo de luz tiene que ser desterrada la oscuridad. Tu corazón va a ser sembrado para que dé nuevos brotes.

Sé tú mismo y rígete por tu interior, que va guiado por la mano del Padre.

Que no flaquee esta Casa en su oración y en su Santa Eucaristía, que es equilibrio principal para que el mundo siga adelante.

Me complazco en todos los corazones y me complace la grandeza y la misericordia de Dios.

Esteban: Madre mía, ayúdeme para que yo haga todas mis cosas bien. Y los viajes, Madre mía, ¿es necesario que los haga todos seguidos o cuando pueda?

María Santísima: Cuando te dicte tu corazón. India, América y África son los tres destinos escogidos para sembrar el Agua Viva. El Agua Viva ha de ser sembrada en la fuente del interior de una persona y en los manantiales de la Tierra.

¿Tú le vas a temer al mundo, cuando el mundo se halla a tus pies?

Esteban: [La Virgen se está acercando y me da un beso en la frente.] Gracias, Madre mía, gracias. Cuánto le amo.

María Santísima: Cuánto te ama el Cielo y cuánto te amo yo, hijo mío. En el Cielo se cultivan rosas de oro para ponerlas en tu altar, donde está tu nombre grabado con el más puro marfil, pues eres Roca salvadora y Redentor de la Humanidad.

Esteban: Interceda por todos los que están aquí, Señora. Y, hoy en la Sanación de Enfermos, interceda por los que están en sus casas y se encuentran enfermos. Ayúdeles a todos y le doy las gracias por todas las intercesiones, por todo lo que le pido, Señora. Ruegue por la humanidad, ruegue por la paz.

María Santísima: Tus plegarias no son sordas a oídos de Dios. Es el tiempo donde mana la abundancia y, para los que se hallan con Dios, es el tiempo de la prosperidad, pero es el tiempo de la penitencia del que de Dios se alejó. La campana suena, es el tiempo del llamado. Quién tenga oídos que oiga y quien tenga corazón, que sienta.

Tú, manantial de la Vida, planta hermosa del Paraíso, tu corazón está regado por el maná más hermoso. Es tiempo de Gloria y es tiempo de dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Vive y ama, y deja atrás el sufrimiento del mundo, que ya lo has transmutado en tu cuerpo.

¡Qué grandeza y qué gozo en la Resurrección de Cristo! Las bendiciones de Dios son derramadas a todas las criaturas que le aman.

Hoy no requiero nada más, solo que tu corazón siempre esté alegre y que seas fuerte como el hierro, que aunque haya a tu alrededor tempestad, no te empapes de su agua. Recuerda que siempre está Dios contigo, se halla en ti. El Verbo en ti se sembró para que dieras abundancia.

Recibe la bendición de Dios Padre Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

Niño precioso, no te olvides que mi corazón es del Sagrado Corazón de Jesús y, con el tuyo, laten a un mismo son, en un mismo espacio y a la misma vez. El Cielo te ama.

Esteban: Y nosotros os amamos a vosotros, Gran Señora. Dígale a Jesús cuánto se le ama.

María Santísima: Dios quiere que se le adore en la Tierra. Y recuerda, regala tu rosario.

Te cubro de azucenas por la pureza de tu alma, que está cubierta de la blancura y de la hermosura del Cielo.

Esteban: Gracias, Madre bendita, gracias por todo. Ayúdenos. Gracias. Dios se lo premie.